Finalizan las obras de las calles Carlos V y Marqués de Montemar

El presupuesto de ejecución ha sido de más de 700.000 euros

Este jueves se ha procedido a la apertura de las calles Carlos V y Marqués de Montemar a la altura de Marqués de los Vélez y plaza de la Goleta. Esta zona ha sido reformada para favorecer al peatón y mejorar la moviloidad y accesibilidad, así como potenciar el urbanismo de proximidad.

La superficie de actuación ha sido de 4.585 m2. Las acciones realizadas han consistido reformar los viales, redefiniendo los espacios peatonales y rodados, con las siguientes características para ambas calles: carril único central para el tráfico rodado de 3,50 m de ancho (1.080 m2 de calzada)

Por otro lado, se ha dotado de doble banda de aparcamientos en batería de 4,90 m de ancho (81 plazas); las aceras de ancho de banda peatonal accesible son de unos 3 metros, ampliándose en las intersecciones de la calle con las transversales existentes a lo largo de su recorrido mediante la creación de orejetas en las esquinas (1.750 m2 de acera).

En cuanto a los servicios urbanísticos, se han acometido las siguientes actuaciones:

  • Renovación del alumbrado público existente en toda la zona de actuación, dotándolo de sistemas de iluminación LED. (17 farolas)
  • Creación de una red de distribución de agua para riego desde la existente en la calle Marqués de Montemar para dar servicio a toda la zona de actuación, creando además una red de riego para las áreas ajardinadas y nuevos árboles a plantar. (125 ml de red de agua)
  • Extensión de la red de fibra óptica de la Ciudad Autónoma de Melilla. (187 ml de red de FO)
  • Modificación de la red de saneamiento, adaptándolo a las necesidades del drenaje superficial. Los objetivos principales que se espera haber conseguido son: mejorar la movilidad urbana, establecer o ampliar los corredores peatonales, crear Itinerarios Peatonales Accesibles (IPA), potenciar el urbanismo de proximidad y reducir la velocidad de circulación en el barrio.

El coste de la ejecución de las obras, con IPSI incluido, ha sido de 741.496 euros.

Estas obras se han llevado a cabo porque en el Barrio Industrial se detectaban fundamentalmente dos problemas: las calles presentaban una urbanización inadecuada y había un gran déficit de zonas verdes y espacios libres.

La inadecuación de la urbanización se basaba en la escasa anchura de las aceras de los principales viales (Marqués de Montemar, Carlos V, Comandante Aviador García Morato, etc.), así como su falta de arbolado y mobiliario urbano, contando en algunas de ellas con dos anchos carriles de tráfico, lo que favorecía la existencia de numerosos aparcamientos en doble fila, provocando constantes y peligrosos cambios de carril.

A ello se unía una baja calidad estética y de materiales para una zona residencial de este interés. En definitiva, los espacios públicos del Barrio Industrial se destinaban muy mayoritariamente a los vehículos (circulación y aparcamientos), siendo mínimos los espacios destinados al peatón, fundamentalmente aceras estrechas, sin ninguna plaza o zona de encuentro, descanso y relación de los vecinos.

Por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad se realizó un Estudio Previo con el objetivo de conseguir una transformación del conjunto del barrio encaminada a lograr una urbanización armónica y con grandes posibilidades de disfrute por los ciudadanos, con aceras más anchas y numerosos espacios de estancia y relación para todas las edades, complementados por las terrazas hosteleras que podrán instalarse en los mismos. Todo ello sin renunciar al uso ni al aparcamiento del vehículo en el interior del barrio, haciéndolo en las condiciones razonables de cantidad, finalidad (evitando tráfico de paso), velocidad y calmado que lo hagan compatible con el bienestar de los residentes y del resto de usuarios del barrio.

Estos estudios fueron presentados a la Ciudad, gozando del visto bueno de todas las entidades, en especial de las personas que viven en él, representadas por las asociaciones de vecinos del mismo. Estas vías tienen una intensidad de tráfico rodado importante que circula por el interior del Barrio, al atravesarlo la primera transversalmente en su totalidad con una conectividad directa con todo el tráfico que proviene de las calles General Polavieja, Hospital Militar y Álvaro de Bazán, y longitudinalmente la segunda.

Representaba igualmente un gran problema el constante aparcamiento en doble fila, que daba lugar a atascos constantes. Las aceras y calzadas se encontraban en un estado lamentable de conservación; en la calle Marqués de Montemar las aceras en general tenían una anchura comprendida entre 1,60 a 1,80 metros, mientras que en la calle Carlos V eran de 1,85 a 1,90 metros, reduciéndose aún más por la invasión de la parte delantera de los vehículos al aparcar en batería, por la ubicación inadecuada de farolas, bancos, papeleras, y algún que kiosco o terraza de restaurante. La única zona donde no se ha actuado es sobre el pavimento de la Gasolinera existente, por la dificultad que entraña cualquier actuación debido a los depósitos enterrados de combustible existentes.

 

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