
Las alarmas saltaron cuando desde el antiguo Mercado Central, que en la actualidad acoge la Escuela Oficial de Idiomas, el Conservatorio y la Escuela de Adultos, cuando les avisaron de la realización de un simulacro de emergencia. Los encargados de las diferentes entidades llamaron a Infraestructuras quejándose del mal estado de las salidas de emergencias y la posibilidad de sanear la parte de atrás del edificio donde se acumula mucha basura y genera insalubridad para trabajadores y alumnos. Al conocer la situación, Bussian se puso en marcha para conseguir que las dos pasarelas, por medio de señalización, rampas accesibles, eliminación de arbustos y pavimento del suelo de gravilla, deje de ser una “ratonera”.