
El IV Foro del FSE, celebrado los días 24 y 25 de octubre en Santiago de Compostela, incluyó en su orden del día una mesa de actuaciones cofinanciadas por el FSE con resultados destacados en materia de inserción laboral.
Una de las tres actuaciones a nivel nacional seleccionadas por los organizadores fue la Escuela de Hostelería de Melilla. Su presentación corrió a cargo del Director General de Planificación Estratégica y Programación de la Ciudad Autónoma, Jesús García Ayala.
Además de los números, las tasas de inserción laboral, educativa y social, esta actuación facilita un futuro a jóvenes muy vulnerables, con grave riesgo de exclusión social y es fácilmente exportable a otros territorios con grupos de población similares.
También hay que destacar que la Escuela de Hostelería se ha convertido en un importante canal de comunicación del FSE, un reclamo turístico y una bolsa de trabajo para jóvenes.
Asimismo, debe resaltarse que el éxito de la preparación del alumnado reside en que prácticamente desde el primer momento se pone en marcha la fase práctica de formación, con el comedor para los alumnos y profesores. Que en una segunda fase se abre el restaurante para la ciudadanía; por una parte, con unos ingresos que minoran la subvención en torno a 30.000 € al año; por otra parte, con la repercusión publicitaria que conlleva para el FSE. Y que en una tercera fase se realizan ya prácticas reales individualizadas en las empresas hosteleras, resultando por tanto una formación que aúna tanto una carga teórica importante como, especialmente, una sólida formación práctica. Todo ello sin olvidar la positiva contribución añadida a la trayectoria vital, en términos de confianza y autoestima, de los jóvenes alumnos formados.
Según las opiniones del alumnado en un video sobre la Escuela de Hostelería que se proyectó en Santiago, los calificativos facilitados por los propios alumnos beneficiarios indican que esta es “magnífica”, “maravillosa”, “profesional”, “fantástica”, “espectacular”, “excelente”, “insuperable”, “eficaz”, “brillante”, “interesante” y “esencial”. En definitiva, un sueño hecho realidad y una experiencia muy positiva, que está contribuyendo a garantizar oportunidades más justas y, en particular, a que muchos jóvenes residentes en Melilla puedan optar a formarse y a conseguir un puesto de trabajo digno.