
El acto, conducido por Antonio Ramírez, se ha iniciado con la imposición de medallas de oro en primer lugar al doctor Mariano Remartinez y a continuación al secretario general de Instituciones Penitenciarias como representante de la Institución reconocida.
Remartinez, que ha sido el primero en tomar la palabra, ha hecho un breve recorrido por su trayectoria personal y profesional, estrechamente ligadas ambas a Melilla. Este zaragozano de nacimiento, llegó a la ciudad con 10 años y ha desempaño su labor como médico durante 60 años. De estos, 38 fueron como médico militar. En el sector privado, apuntaba Remartinez que han ofrecido a la ciudad la más alta tecnología en cuando a resonancia magnética y Tac, habiendo renovado los equipos en 3 y 6 ocasiones respectivamente. Recordaba que tenía pasión por la docencia y por ello, creó una escuela de enfermería en la ciudad, la cual compaginaba con su labor como médico. Así mismo, otra de sus facetas, como era la de piloto privado, también la empleó en ayudar a los enfermos, por cuanto realizaba evacuaciones de forma altruista de enfermos que necesitaban traslado urgente a hospitales de Málaga, Madrid o Granada. Ha afirmado que, con 70 años, sigue teniendo la misma ilusión de trabajar que cuando tenía 30, y que lo seguirá haciendo mientras pueda.
Ángel Luis Ortiz, secretario General de Instituciones Penitenciarias, ha realizado un interesante repaso por la historia penitenciaria de Melilla, que comienza en 1498, cuando el fuerte de Victoria Grande se convirtió en presidio. A este destino, junto con Ceuta, eran remitidos los presos con condenas superiores a 8 años. Entre ellos, ha destacado a Antonio Diez, alcalde de la ciudad de 1931- 1936, a Joaquín Polonio, juez de Primera Instancia de la Ciudad, o a Carlota O’Neill , escritora y periodista , esposa del capitán Virgilio Leret, ejecutado tras oponerse a la sublevación de 1936 en Melilla. Además, la cuidad cuenta con una fecha clave en la historia penitenciaria: en 1906 en Ceuta y Melilla se introdujo la libertad provisional, donde se empezó a aplicar para luego trasladar el modelo a la península. Hasta el 31 de mayo de 1993 que se creó el actual centro penitenciario, el presidio de Victoria Grande cumplió su función. La Institución, decía Ortiz, no suele ser objeto de reconocimientos, es por ello que ha agradecido a la Ciudad Autónoma este honor que es gracias a todos los profesionales penitenciarios que han trabajado durante todos estos años en Melilla, decía.
Eduardo de Castro por su parte ha resaltado los méritos de ambos distinguidos esta tarde, y les ha recordado que ya forman parte del mayor reconcomiendo que se otorga en la Ciudad, junto a personas e instituciones como la UGR, su Majestad el Rey, el Centro Asistencial, la COMGEMEL, Guardia Civil o Policía Nacional. De Remartinez ha resaltado que no es el primer reconocimiento que se le otorga, pues en 1989 fue Melillense del Año y en el año 2014 la AECC le entregó su mayor galardón. En cuanto a Instituciones Penitenciarias ha señalado que a lo largo de los siglos de la historiad de nuestra ciudad, se han desarrollado acontecimientos que mucho tienen que ver con dicha Institución. De Castro ha afirmado que hoy se han reconocido valores y principios y les ha transmitido, a ambos reconocidos, la eterna gratitud de la Ciudad Autónoma.
El acto ha finalizado con la actuación del Cuarteto de Cuerda Ciudad de Melilla, que ha ofrecido, entre otros, el tema de Gardel, por una cabeza.